El misterio de la monja de Soria.




El misterio de la monja de Soria.




CARTAS  DE  RELATOS

Este es un caso típico de aparición fantasmagórica, es un caso real visto por mucha gente, pero yo concretamente os puedo hablar de un testigo que conozco personalmente, concretamente un amigo llamado  José, que estuvo de viaje de fin de curso, y le ocurrió los hechos que voy a relatar.

Hace ya  veinticinco años cuando en los colegios acostumbraban a hacer viajes de fin de curso, salió de un colegio de Cádiz un autobús de jóvenes, en dirección a Soria, todos tenían bastante  ilusión de visitar y permanecer unos días en esta bonita Ciudad Antigua con gran historia como es Soria., era un intercambio de alumnos, y se trataba de quedarse cada alumno en una casa  de una familia.

He de decir que no ocurrió nada extraño durante su estancia  ni a sus compañeros antes de la aparición.
Visitaron muchos lugares y todo iba bien, si es verdad que hacia bastante frió típico de aquellas tierras.
El día anterior a su marcha todo quedaron a la 5 de la noche, en la plaza, para el viaje de vuelta.
José se levantó y se preparó para la marcha, la familia le acompañó, y lo dejó en la plaza, y se despidieron. 

Eran aproximadamente las 4;45 de la noche, hacía un frío que cortaba, en el silencio mas absoluto de la oscura noche Soriana.
Ya eran las 5 de la noche y no había llegado nadie, mi amigo estaba algo extrañado incluso preocupado.

De pronto apareciendo por la esquina de enfrente una monja, según el testimonio de José no se le veía ningún rostro, andaba como mirándole, y tenía un modo de caminar un tanto extraño, vestía de un atuendo oscuro, pero como de otra época, José le saludó, pero no le devolvió el saludo Estaba completamente solo  en aquella noche oscura,  la monja se paró y le miró un instante, y siguió  caminando.

José se fijó y una de las cosas que le provocó  extrañeza por llamarla de alguna forma, fué que no le veía los pies que parecía que levitaba.
Al poco se perdió torciendo la esquina, trás lo cual fueron llegando los compañeros de José y el respiró tranquilo, lógicamente no le contó  a nadie lo que había visto, ya que no se lo  hubiesen creído.

 A mi me lo contó y he de decir que me merece todo el crédito  sus palabras ya que siempre ha sido una personal estudiosa, y cabal y no ganaba nada con contármelo, todo lo contrario.

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