La Dama de Matandrino,(testigo).
La Dama de Matandrino, (testigo).
La Dama de Matandrino, este caso en tierras de Segovia, en el pueblo de Matandrino, un pueblo que esta abandonado, ruinas, y ningún resquicio de vida, en su entorno, noches frías, el silencio mas absoluto, tan solo el silbido del viento en la oscuridad, y alguna alimaña, entre los escombros.
Voy a relatar lo vivido por una pareja de jóvenes llamados Abraham y Sara, que tuvieron que pasar la noche en este lugar, su coche se averió.
No tardo en apagarse el día, hacía mucho frió, se quedaron dentro del vehículo , pronto los cristales se empañaron, hacia un frió que cortaba, la verdad que estaban un poco asustados, en la oscuridad sus manos se entumecían, aunque seguían intentando arrancar el motor, una y otra vez pero el vehículo no arrancaba, creo que había algo en el ambiente que les asustaban, y no sabían que era, se miraron y sin mediar palabra, sabían que tenía que salir rápido de allí.
Empezaba a llover, una fuerte tormenta empezó a caer, truenos y rayos que caían, y alumbraban con llamas aquella oscuridad, y reflejaba las sombras mojadas de aquellos arboles, y casas abandonadas, todo parecía que hablara.
Abraham cogió de la mano a Sara, el miedo se reflejaban en su rostros, parecía el propio infierno.
Pasaban las horas, eran incapaces ni siquiera de moverse, el frió y el miedo, estaba entumeciendo sus cuerpos.
No tardo en hacerse sus temores realidad, en el cristal trasero, se escuchó un fuerte golpe, pegaron un salto, se sentían acorralados, pasaron varios minutos, y lo cierto es, que ninguno era capaz de limpiar los cristales para mirar.
Abraham intento arrancar el motor nuevamente, pero no funcionaba, Sara se armo de valentía, y limpió el vaho del cristal, y vio entre los escombros, a lo lejos en una casa en ruinas, una figura de una mujer vestida con una capa negra, con una cara aterradora, y que levitaba y dibujaba un halo de luz a su alrededor, no era de este mundo.
La pareja se encontraba en una situación de pánico, fue la gota que colmo todos su temores, Abraham apenas podía coger la llaves, le temblaban las manos, y un frió recorría todo el cuerpo.
Abraham dio nuevamente al contacto, y pidió por Dios que arrancase, parece que la providencia le escuchó, y apretó el acelerador y salieron rápido de allí sin mirar hacia atrás
Esto es lo que me refirieron y es lo que ellos vieron, que esto pueda haber pasado, no lo se, quien puede saberlo.
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