Los delfines, cada vez más cerca de los humanos.
Los delfines, cada vez más cerca de los humanos.
Los
delfines son uno de los animales que están llenos de
misterios, aunque se van conociendo multitud de datos, sobre
su comportamiento y capacidades, por diversos estudios, que
se vienen realizando.
Existen
casos de personas que incluso llegan a buscar la cercanía
de estos animales, mediante el retiro y en otros casos
incluso hay mujeres que eligen dar a luz cerca de ellos, y
como ya sabemos también para paliar o favorecer la
curación de múltiples enfermedades, en donde el contacto con
otro ser vivo que transmite sentimientos positivos,
cosa que ellos hacen.
Los
estudios sobre estos animales empezaron de un modo serio en
la década del año 1950, cuando el neurofisiologo, llamado
John Lilly que pertenecía al Instituto Nacional de Saludo
Mental de los Estados Unidos.
Lilly
ya empezó a calificar a los delfines como los humanos del
mar, ya que poseían un lenguaje propio y elaborado.
Antes de las investigaciones se pensaba que los delfines eran simples peces, que respiraban por pulmones, y este científico consiguió que por la inteligencia de estos animales se tuviesen casi la consideración de humanos y que ellos estuviese recogido de alguna forma en la constitución dándoles la protección como seres humanos.
Transcurrido algún tiempo Lilly consiguió que se financiara un centro
de investigación en las islas vírgenes estadounidenses.
Relatamos
el caso de un delfín llamado Peter, que se hallaba en
este centro, que se pretendía que hablase inglés, pero por
diversas causas este centro cerró.
El
idioma que manejaban los delfines para comunicarse seguía
siendo algo por explorar en más profundidad, y es en el
año 1970 cuando un psicólogo de la Universidad de Hawai,
llamado Louis Herman, quien fundo el laboratorio de mamíferos marinos de kewalo Basin, el tratamiento era casi de humanos
y los delfines pequeños eran tratados como niños.
En
este centro dos delfines mulares hembras, llamadas Phoenix y
Akeakamai se criaron en un entorno de aprendizaje constante, enseñarles un lenguaje artificial, utilizando sonidos y
gestos.
En
el caso de Phoenix se le llegó a enseñar un lenguaje
acústico, y a Akeakamai un lenguaje de signos.
Los
delfines llegaron aprender con facilidad estos lenguajes
llegando a un acierto de aproximadamente un 80%.
Estos
dos delfines murieron Akekama en el año 2003 y Phoenix, en
2004, y sus cenizas fueron depositadas en alta mar, pero
este centro cerró también sus puertas.
La
pregunta que se formulaba era si los delfines tienen en su
habitad, un lenguaje para comunicarse entre ellos.
Los
estudios parecen indicar que se comunican entre ellos mediante silbidos con una especie de códigos o también llamados “firmas acústicas”, y lo más curioso es que
se piensa que cada delfín se inventa esta firma para identificarse del resto, y esto es muy indicativo de su
inteligencia ya que solo los humanos somos capaces de hacer
esto.
Otra estudiosa de los delfines llamada Denise
Herzing, ha dedicado 30 años a el estudio en alta mar de
estos animales, en un total de 300, que son fruto de 3
generaciones, en las islas Bahamas.
Se
diseñó un aparato de tamaño de una caja de zapatos con
un teclado y un altavoz, todo gobernado por un pequeño
ordenador, conocido como CHAT, que graba todos los sonidos
que emiten incluidas las firmas acústicas, y genera también
sonidos parecidos.
Esta
herramienta pretende ser una vía de comunicación entre los
delfines y los humanos en un principio se pretende que
relacionen silbidos con objetos del propio mar por ejemplo,
algas, un fular, una cuerda, etc, y poco a poco ir
incrementando el léxico de estos animales, ya que son muy
listos y avispados, y son grandes imitadores.
Denise
ya tiene en su poder una amplia catalogación de los
diferentes sonidos emitidos por los delfines, que va esta
sirviendo de base para la comprensión del lenguaje que
manejan los mismos.
Otro científico que esta en el proyecto, y que va en el barco
Stenella, el Thad Starner, profesor de informática, que con
sus conocimientos en la materia se pretender crear un
algoritmo, para identificar y discriminar sonidos, y su
relación o asociación entre ellos.
Puede
que estemos en las puertas de poder comunicarnos con estos
seres míticos de los mares, que siempre se contaron
historias de grupos de delfines defendiendo en las playas a
humanos de los ataques de tiburones, ya que pueden
alcanzar verdaderas velocidades y convertirse en torpedos, son
unos animales sociables y que se aproximan más a los
humanos de los que podamos pensar.