Se revelan misterios del otro lado, de tiempos pasados.
Se revelan misterios del otro lado, de tiempos pasados.
Galícia siempre fue una zona de
España, de donde nos llegaron multitud de misterios
ancestrales, leyendas y mitos, aunque en esta ocasión como
vamos a comprobar, la propia historia certifica hechos
ancestrales mediante hallazgos efectuados recientemente, en un
lugar cercano al mar.
En una playa de tradición
esotérica, que se llama playa A Lanzada, (Sanxenxo,
Pontevedra), en donde algunas mujeres que tienen problemas
de fertilidad, y como rito ancestral, y llegando finales de
el mes de agosto, van a esta playa se esperan a que se
formen nueve olas de agua salada, para sumergirse acto
seguido en las mismas, y con todo ello según la tradición
lugareña, se soluciona tal problema y llegan los esperados
bebes.
En el lugar concreto, donde se
celebran estos rituales por parte de algunas mujeres,
recientemente la arena de esta playa a dejado al descubierto
los restos de trece niños pequeños, parece indicarse por
estudios, realizados a tal fin que la sitúa en la época
del imperio roma, en un buen estado de conservación.
Hay que decir que existe un
cementerio cercano de esa época, y ademas la necrópolis es
muy extensa, que puede llegar hasta donde están construidos
los mismos chalet.
Además han aparecido llegado de los
ancestros de los Gallegos, entre la arena un yacimiento
donde se han encontrado lo que parece un libro o mas bien
parte de el , como son hojas sueltas, que habla de épocas
de Edad de Bronce llegando hasta los míticos guerreros
Vikingos, y Sarracenos, aunque también se encontró media
enciclopedia en la superficie sobre la arena en otra zona
cercana, en lugar que llaman “Castro”.
Todo esto no es una sorpresa en el
lugar, ya que desde siglo XX se han llegado a recuperar
hasta un centenar de restos humanos, de época romana,
anterior a los cristianos, una cosa
verdaderamente aterradora, es que aun entre los cuerpos
encontrados se han podido apreciar signos de tortura,
y con cuerdas de esparto en las manos, incluso con sus
nudos, todo ello gracias a que la arena ha hecho posible
esta conservación durante miles de años.
Ademas de los restos humanos
hallados, se han encontrado otros tanto de animales como son
de jabalíes, perros, gallinas, lobos, pero quizás lo mas
internaste sea el resto cetáceos y otro de un alca gigante,
que se ubica en el siglo II antes de Cristo.
El estudio realizado en el
laboratorio Beta Analytics de Miami, a los trece bebés
encontrado en estas dunas, y de restos de una mujer
reflejaron que los mismos murieron con muy corta edad, y
aproximadamente entre los siglos I y el II después de
Cristo, pero los de la mujer reflejaron que no era de
tiempo de los romanos.
Esta mujer a la que se le llamo
Cornelia, se pudo comprobar que databa asombrosamente del
siglo V, de época de los Suevos, y desde entonces se
hallaba descansando el sueño eterno en las dunas del
lugar, y su estudio revela que fue una mujer de aquella
época que trabajo en exceso, por la revelación de su desgaste
oseo, y murió de un modo agónico, retorciéndose de dolor y sufrimiento.
En el mismo lugar donde
encontraron a Cornelia, salieron a la superficie de las arenas otros dos esqueletos a la luz, llegados del pasado, los tres
restos humanos estaban enterrados en cajas de madera, e increíblemente se conservaban clavos de hierro, de estos
féretros.
Este yacimiento de A Lanzada, fue
un lugar de vida bulliciosa, y activa, en donde se
trabajaba, existía una gran actividad comercial, incluso
ánforas de la legendaria Bética, de Itálica, (antigua
Andalucía), como también de Rodas, Chipriotas y Africanas.
Es curioso como afloran los restos
de esas vidas que estaban llenas de ilusión, de luchas por
la supervivencia diaria, y todo ello concluyo en unos testigos
del propio ocaso del pasado, sin mas, como parte de una
construcción, en marcha que sigue hoy día . puede que te interese este otro artículo relacionado.
La espiritualidad que puede
albergar estos lugares, y esa impronta dejada, es lo que nos
puede hacer pensar en la existencia de testigos del pasado
que se niegan a morir sin que su recuerdo sirva para
nosotros mismos para nuestra propia vida, aun llegadas de
milenios atrás.
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