El palacio de linares, misterio en la noche.
El palacio de linares, misterio en la noche.
Este palacio, que perteneció al Marques de Linares, según se
cree, el Marques tuvo una relación con una empleada, y fruto de ella nació
una hija, que se llamaba Raimunda, que murió de modo trágico.
Esta leyenda ha originado, multitud de opiniones, por parte
de investigadores.
Por el año 1990, se pudo captar, una psicofonía aterradora,
la voz de una niña, que dice, ”Mama, Mama, no tengo Mama”.
Con posterioridad, al hecho, en concreto dos años después,
se escucha en una psicofonía, realizada por otro investigador, “Mi hija Raimunda,
nunca, nunca oí decir Mama".
Estas psicofonias, tenían una relación con unos hechos que
ocurrieron, según la leyenda.
Según la misma , el marqués, José de Murga y Reolid
Michelena y Gómez, allá por el año 1833, se casó con su hermana, sin tener
conocimiento de ello, Raimunda Osorio y Ortega, según cuenta la leyenda
Raimunda era la hija de una cigarrera, que había estado relacionada
sentimentalmente, con el padre del marqués, este hombre fue un importante
financiero del aquel momento, que consiguió una enorme fortuna en Cuba.
El padre del marqués, que nunca creyó en los matrimonios, de
conveniencia, y era una persona con un corte liberal, se lo inculcó a su hijo.
El marqués frecuentaba lugares, que no eran propios de su
condición, fruto de ello, al poco conoció a quien sería su esposa Raimunda que
trabajaba en la fabrica de tabacos de Madrid.
Al tener conocimiento el padre de que su hijo tenía una relación
con su propia hermana, se apresuró y lo mandó a estudiar a Londres, para que se
olvidara de ella.
Ya pasado el tiempo, el joven volvió, de Londres, su padre
había muerto.
El joven de forma decidida, se casó con su amada Raimunda,
sin que supiese que se trataba de su propia hermana.
Su padre le dejó una inmensa fortuna, entre papeles de su
padre, encontró una carta, que no le envió en vida, en la que relataba la
incestuosa relación de consanguinidad con su esposa.
A esa altura ya eran padres de una niña, fruto de su amor,
tuvo el rechazo de la familia, y a consecuencia de ello, la niña fue llevada a
un hospicio de Madrid, y le cambió el nombre a María Rosales.
En el testamento declaran no tener hijos, y posteriormente
fallecen.
Es un caso extraño, por el antecedente, de la leyenda, y
psicofonias, que abría la puerta del más allá.